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ALTERACIONES DE CONDUCTA: IMPACTO EMOCIONAL EN LAS FAMILIAS

Las demencias cursan con multitud de síntomas y diferentes evoluciones, no todas las personas desarrollan los mismos síntomas ni todos evolucionan de la misma forma. 

Uno de los síntomas que mayor amenaza supone para la normal convivencia en las familias son las alteraciones de conducta o conductas disruptivas.

Dentro de estas podemos encontrar conductas de agresividad física, verbal y los llamados comportamiento anómalos que no cursan con agresividad.

Estas conductas generan mayor nivel de estrés que otros síntomas propios de la enfermedad. Este estrés viene producido tanto por ser menos predecibles y mas difícilmente controlables como por generar en el familiar un desasosiego al ver conductas nada propias con anterioridad al diagnóstico.

En muchas ocasiones, los profesionales nos encontramos con frases como “ pero si nunca ha sido agresiv@, “ pero si jamás ha levantado la voz..” ,“ con lo tranquil@ y buena persona que ha sido..”.

Se produce una ruptura entre la persona que era y la persona que es ahora con la enfermedad que genera en la familia sentimientos dolorosos.

En todo momento, los profesionales debemos abordar todos estos sentimientos, miedos y preocupaciones dando la información necesaria tanto para su compresión como para un correcto abordaje.

Debe quedarles claro que su familiar tiene una enfermedad con una serie de síntomas que entran dentro de la normalidad y que estas conductas vienen generadas por dicha enfermedad.  Así mismo, debemos tranquilizar a las familias indicándoles que estas conductas se pueden abordar y minimizar sus consecuencias.

El Psicologo del centro debe escuchar, comprender y empatizar con el familiar y utilizar técnicas de descarga emocional para reducir en la medida de lo posible estados ansiosos y síntomas depresivos.

El objetivo de todo centro es atender al residente en su globalidad y por lo tanto, la familia como parte imprescindible de esta globalidad, debe encontrar en los profesionales del centro una figura de referencia a la hora de comprender y abordar todas estas conductas.

Es fundamental la información que aporta la familia para un mejor abordaje y por lo tanto el tándem familia-profesional debe ser el pilar fundamental para establecer una buena intervención. 

El objetivo del Psicólogo es realizar un análisis funcional de la conducta, y establecer un plan de actuación, y para ello, debemos contar con la ayuda e implicación familiar para poder abordarlas, minimizando sus efectos en el residente y su entorno.

De esta manera, también podremos abordar y trabajar con la familia los sentimientos que generan estas condcutas.

Escrito por Leire Sánchez Sánchez psicóloga del Centro Residencia Virgen del Pilar.

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