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EXPERIENCIA CON TERAPIA CANINA EN RESIDENCIA LIÉRGANES

Múltiples estudios avalan los beneficios que la terapia con animales proporciona en personas con deterioro cognitivo, demencias, patologías mentales, discapacidad ntelectual, disfunciones etc.

Desde hace casi dos años nuestro Centro de Mayores de Liérganes tiene un visitante asiduo semanalmente. Oscar, perrito recogido de la protectora de animales de Santander ASPROAN, y que comparte espacio y tiempo con los residentes.

Desde que entra por la mañana y las personas residentes oyen el ruido de sus pasos ya le llaman para compartir una galleta, un trozo de sobao, etc.

Hay incluso algunos “piques” porque… “conmigo no viene y contigo sí”. Oscar es un poco interesado con la comida y si hay alimento por medio hay preferencias de atención.

Cuando ya se empieza a trabajar en sala de actividades Oscar empieza su labor. Sobre todo con personas con Alzheimer avanzado. Se sitúa en su regazo, se deja “peinar”, acicalar, y sobre todo proporciona un estado emocional de tranquilidad y serenidad a estas personas que habitualmente manifiestan su desasosiego con agitación motora, llanto, ecolalia, etc.

Hemos comprobado que en situaciones de malestar físico, situaciones de “síncope” o descompensación de parámetros, tener a Oscar en el regazo también tranquiliza a las personas residentes, les ayuda a “evadirse” un poco del mal rato que están atravesando y recuperan el estado de normalidad con más celeridad.

El día que Oscar no viene le echan en falta, preguntan por él.

  • Genia, usuaria a la que no le gustan de animales, no le acaricia pero le llama y le gusta que vaya a su lado. Suele decir, “tráele que está mejor aquí que en casa solo”.
  • Nisio, siempre le guarda galletas de avena en el bolsillo de la camisa y le tiene sentado a su lado mientras se las da poco a poco.
  • Jose Antonio le da sobaos y quiere llevárselo a su finca.
  • Antonio quiere comprarlo y quedárselo para que le haga compañía.
  • Ramonita, Carmen y Balbina quieren tenerle en el regazo y a veces tiene “envidieja” si alguna le tiene más rato que otra.
  • Merche le hace rabiar y disfruta con ello y Oscar sigue cayendo en la trampa.
  • Toñín y Jose le sujetan de la correa mientras toman el sol en el porche.

Podemos decir con agrado que la experiencia que empezó hace dos años se ha consolidado, ha aumentado en horas y está siendo muy positiva para trabajar el equilibrio emocional, la ansiedad y la autoestima de las personas residentes. Además de ayudarles a recordar (reminiscencia) experiencias de cuando eran niños o jóvenes y tenían animales en su casa.

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