Cuando llegan las navidades nos preocupamos por lo que vamos a cenar, por los regalos, porque tengamos un árbol, pero nos debería de preocupar como lo pasan las personas que queremos. En la Residencia Virgen del Pilar diciembre es un mes importante y respetando la individualidad de cada una de las personas, así como sus deseos, nos gusta poder brindarles una sonrisa o un buen rato. Somos conscientes de que para las personas mayores las navidades es una época complicada, de echar de menos, de añorar antiguas costumbres, … Por ello, desde la aceptación de estas emociones pretendemos generar unos nuevos recuerdos que sean positivos.
Desde principio de mes decoramos muchos de los rincones de nuestro centro, para que esté bonito, claramente, pero también para orientar a las personas temporalmente, saber en el momento en el que nos encontramos, pero, además, dotar al centro de esos detalles que hacen de un hogar, un hogar navideño. Además, muchos de estos detalles están hechos a partir de sus ideas, sus manos, por lo que el sentimiento de valía aumenta.

El taller de cocina es un momento importante, es ahí donde intentamos recordar antiguas recetas que hacían en sus casas en navidad, como son las torrijas (costumbre cántabra navideña), pero también hacer otras nuevas que quizás nunca han hecho. Es muy bonito, aunque, a veces conflictivo, no lo podemos negar, encontrar un punto de encuentro para mostrar diferentes formas de hacer un mismo plato. Sin duda es uno de sus momentos favoritos.


Gracias a la colaboración altruista de algún coro, en estos dos últimos años hemos podido contar con su colaboración y han venido a compartir con nosotros sus canciones. Poco que decir sobre esto, la música es uno de nuestros grandes aliados en el trabajo con personas, para animar, calmar, …

A finales de mes hacemos una gran fiesta, que la verdad, como profesional siempre estará entre mis favoritas, es la fiesta de la navidad donde hacemos un desfile de modelos, que nada tiene que ver con la navidad directamente, pero es una forma de que se arreglen se pongan guapos/as y hacerles pasar un buen rato. Siempre hay sorpresas en esta fiesta y de ahí sacamos a nuestro “miss y míster Cayón.” Pero eso no es todo, también comemos las uvas todos juntos y nos deseamos un próspero año nuevo, ya que el día que comemos las uvas no estamos todos juntos.

Por otro lado, solemos contar con la visita sus majestades los tres Reyes Magos de Oriente y de Papa Nöel, que nos hacen sacar ese niño que llevamos dentro, además ese día suelen venir niños y niñas a saludarles y esto se convierte en un momento muy emotivo.
Con todo ello que queremos decir, que cada uno tendrá sus circunstancias, habrá quien cuente con la suerte de volver unos días a casa, habrá quienes vengan a visitarles, pero también habrá algunos que no, por ello, lo que pretendemos, es, que independientemente de sus circunstancias vitales, ya sea sociales, cognitivas, físicas o emocionales, todos encuentren un ratito para disfrutar de las fiestas y entre todos creemos nuevos recuerdos.

Redactado por Sara Cobo Gutierrez, Educadora Social del centro Virgen del Pilar en Santa Maria de Cayón, Cantabria.